Las técnicas que usan los falsos profetas para estafarnos (parte 2) de Osias Segura,



..continua de parte 1...
El cuarto concepto es el de Lectura Fría. La lectura fría está basada en observación simple. Se puede decir mucho de cómo una persona viste, su edad, y genero. La clave aquí está en hacer generalizaciones para pegar alguna. Recuerdo una vez cuando un amigo me contó que en un campamento de jóvenes invitaron a una profeta, y esta dijo: “aquí hay una pareja que el Señor quiere unir para un matrimonio de éxito, habrá oposición, pero la pareja deberá perseverar”. Al terminar el campamento, no fue 1 sino 11 parejas las que regresaron a la capital. No todos los padres estaban de acuerdo con la relación, pero fueron profetizadas, y el pastor no podía estar en contra de la profecía. Al término de dos años las parejas se habían disuelto. ¿Aquí qué tenemos? Primero, de entre los muchos temas tratados en el campamento, el de la profeta su recordado por muchos años. ¿Por qué? El tema de encontrar la media naranja es un tema de gran necesidad entre jóvenes. Segundo, la profeta profetizó una pareja de éxito, y salieron 11 reclamando esa profecía. Es decir, 22 jóvenes validaron esa profecía como propia. Tercero, la profecía fue falsa pues ninguna pareja perduro para consolidarse en un matrimonio de éxito. Ahora la profeta podría escudarse y decir “esa pareja, cualquiera que fuera, no tuvo suficiente fe”.

Veamos varios ejemplos para ilustrar como los conceptos anteriormente mencionados funcionan en la realidad. Primero veamos cómo profetas falsos como astrólogos batean al adivinar:
Profeta: “Algo paso durante esta navidad, que al Espíritu no le gusto de Ud.”
Cliente: Mueve la cabeza asentando que algo paso [el profeta batea en lo correcto]
Profeta: “Ud. hirió los sentimientos de ella”
Cliente: Funge el seño mostrando que algo no entiende [el profeta no pego esta]
Profeta: “se trata de una mujer”
Cliente: Levanta la cabeza con el seño aun más fungido mostrando confusión [el profeta tampoco pego]
Profeta: [Para conservar su popularidad reclama a su poder religioso]“Bueno confiese su pecado para que encuentre perdón.”
Cliente: “Fue un conflicto con mi papa.” ¡Pero ya nos reconciliamos!
Profeta: [Sabe que metió las patas y quiere arreglar la torta mediando más perdón] ¿El Señor se siente muy orgulloso de Ud. como siervo, pero al ofender a su papa Ud. cree que pudo ofender a su mama?”
Cliente: “!Mi mama murió hace cinco años!”
Profeta: [Mete la pata bien feo] “¿Ud. tiene hermanas?”
Cliente: “No”
Profeta: [Sudando de la congoja] “Entonces se trata de su Esposa”
Cliente: “No, no tengo esposa ni novia.”
Profeta: [Todo el cuerpo le transpira] “Pues veo a una mujer ofendida por lo que Ud. hizo y debe disculparse con ella para recibir una bendición especial de Dios.”
Cliente: [Empieza a darle sentido a lo dicho por el profeta; y de pronto recuerda un incidente en el trabajo, en nada relacionado con lo de su papa] “Recuerdo que fui muy rudo con una clienta en el banco.”
Profeta: [Respira hondo, pues por fin bateo el home run] “Así te lo ha revelado el Espiritu”
Cliente: [Entra en oración, y en total asombro al ver que el profeta le revelo algo que él mismo había completamente olvidado, un pecado oculto que de no ser revelado no hubiera recibido esa bendición de año nuevo].

El bateo es un arte entre mentalistas, profetas y astrólogos; pero es el cliente el que últimamente le da significado a la profecía. ¿Cómo funciona la lectura fría para profetas, médiums, y adivinos? Simplemente el profeta a médium necesita proveer algunas palabras, para que la audiencia o el cliente provea el significado. Las personas somos usualmente orgullosos y con perspectivas irrealistas de nosotros mismos. Eso nos lleva a aceptar perspectivas que reflejan no cómo somos y lo que pensamos de nosotros mismos, sino lo que nos gustaría ser o pensar de lo que deberíamos ser. El profeta podrá decir varias cosas que no se acerquen a nosotros (aseveraciones incorrectas), pero solamente necesita decir una correcta para pegar y ganar nuestra atención. A partir de allí nuestra memoria selectiva no va a recordar con detalle cuantas profecías o aseveraciones falsas se dijeron, sino que recordará cómo el gran profeta me dijo algo muy personal, que nadie sabía de mi. Veamos un ejemplo de un estilo de profecía (falsa) que se ha tornado muy común en nuestras iglesias, que los que leen las cartas del Tarot, la mano, hojas del té, etc., han utilizado por siglos. Quiero que cada uno evalué si al menos una de estas descripciones se acerca a lo que creemos de nosotros mismos:

“Las personas cercanas a Ud. Han tomado ventaja de Ud. Su honestidad no ha sido bien aceptada. En muchas oportunidades se le han ofrecido en el pasado, y Ud. las ha rechazado para evitar tomar ventaja de otros. A Ud. le gusta leer libros, y artículos para mejorar la memoria, y aprender más. Es más, Ud. se encuentra en el mundo profesional, o debería estarlo. Ud. tiene una capacidad muy buena para entender los problemas de otras personas, y eso le facilita simpatizar con estas. Ud. es firme cuando se le confronta con tonterías sin sentido. Las fuerzas policiales sería un buen campo en el que Ud. podría desempeñarse pues Ud. lo entendería muy bien, pues su sentido espiritual de justicia es muy fuerte.”

Si yo me encontrara en una situación sicológica de profundo vacio, y alguien me dice estas cosas, muchas de ellas no tendrían mucho sentido como el de hacerme policía, pero en otras me sentiría que el profeta me leyó el corazón, pues son ciertas. Sin embargo, si somos críticos y leemos nuevamente el párrafo anterior nos daríamos cuenta que el párrafo está lleno de ambigüedades, e ideas sin conexión. Solo falta leer el horóscopo de un periódico, y leerle el signo del zodiaco equivocado a algún amigo y familiar y esperar a que este le dé sentido a esas palabras. Y este es el punto: Yo debo darle sentido a esa “profecía” para que el profeta pegue en sus aseveraciones, y además tener memoria selectiva para no recordar que el profeta para pegar una aseveración falló en muchas otras. En otras palabras, yo soy últimamente el que evaluó si el profeta es falso o verdadero (validación subjetiva). De esta manera, yo no toleraría que nadie diga que el profeta es falso, cuando yo crea que es verdadero. El profeta tendría que cometer un pecado grande, o un abuso, o error que yo valore como inaceptable para que mi opinión de él pueda cambiar.

Para concluir, la mente humana siempre está trabajando y de manera muy selectiva. Nosotros escogemos datos y los recordaremos, y le daremos significado. Y esto sucede porque creemos en el profeta, o queremos creer en él. Hacemos esto para darle sentido al mundo en que vivimos, y damos significado a las profecías aunque son ambiguas y no tienen sentido en sí mismas. No se trata de ser emocionales. ¡No se trata de no ser racionales! En realidad necesitamos pensar lógicamente para darle significado a esas profecías. Así que no se trata de ser emocional contra ser racional. Sino del significado que le damos a lo que creemos es verdadero.

Osias Segura Trabaja en Fuller Theological Seminary (Asistant Professor)Estudia Master of divinity en Asbury Theological Seminary.

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